Puerto Escondido, conocido hoy por ser uno de los destinos turísticos más populares de Oaxaca, con playas paradisíacas y una cultura vibrante, tiene un pasado histórico fascinante que pocos conocen. Durante la Guerra de Independencia de México (1810-1821), este pequeño puerto desempeñó un papel crucial, aunque no siempre visible. Desde su ubicación estratégica en la costa del Pacífico hasta la participación de sus valientes habitantes, Puerto Escondido aportó significativamente a la lucha por la libertad de México.
Antes del estallido de la guerra, Puerto Escondido era un pequeño asentamiento costero, habitado principalmente por pescadores y agricultores. Su bahía natural, que hoy atrae a miles de surfistas, ofrecía refugio a embarcaciones que navegaban por la costa del Pacífico. Aunque no era un puerto comercial de gran importancia en ese momento, su posición lo hizo atractivo para los insurgentes en su lucha contra las tropas realistas.
El historiador Carlos Sánchez destaca la importancia estratégica de la región: “Las costas oaxaqueñas, incluida la bahía de Puerto Escondido, fueron puntos clave para el reabastecimiento y la comunicación de las fuerzas insurgentes” . Esta ubicación permitió a los insurgentes monitorear los movimientos de las tropas realistas, ya que estas navegaban constantemente por el Pacífico para mantener el control sobre la región sur del país.
En los primeros años de la Guerra de Independencia, Puerto Escondido sirvió principalmente como un punto de observación y comunicación para las fuerzas insurgentes. José María Morelos, uno de los líderes más importantes del movimiento, no visitó directamente Puerto Escondido, pero utilizó las rutas costeras cercanas para coordinar movimientos clave en el sur de México .
La región costera de Oaxaca, con su intrincada red de asentamientos pequeños y poco controlados por las fuerzas realistas, brindaba a los insurgentes un refugio seguro. Desde estos enclaves costeros, los insurgentes podían vigilar y atacar a las tropas realistas en momentos estratégicos.
En Puerto Escondido, el movimiento independentista también encontró apoyo entre los habitantes. En 1812, un grupo de insurgentes liderados por el coronel José María de la Cruz se levantaron contra la autoridad española y tomaron el control del puerto. La toma de Puerto Escondido fue un golpe importante para el gobierno español en la región, ya que era un importante centro comercial y naval.
Uno de los años más importantes para la participación de Puerto Escondido en la independencia fue 1815. El 15 de julio de ese año, un grupo de insurgentes bajo el mando del Capitán Miguel Hernández estableció un campamento cerca de la bahía . Este asentamiento insurgente sirvió como un punto clave de reabastecimiento para las guerrillas que operaban en la Costa Chica de Oaxaca.
El Capitán Hernández, con la ayuda de los lugareños, organizó incursiones y ataques contra las tropas realistas en la región. El campamento en Puerto Escondido se convirtió en un refugio estratégico que permitió a los insurgentes continuar su lucha en condiciones adversas. Los historiadores consideran que esta base, aunque pequeña, fue fundamental para mantener la resistencia en Oaxaca durante este periodo crucial .
Puerto Escondido también fue escenario de batallas y combates entre los insurgentes y las fuerzas realistas. En 1815, las fuerzas realistas lideradas por el coronel español Francisco Javier Mina intentaron tomar el puerto, pero fueron derrotadas por los insurgentes.
Después de la consumación de la independencia en 1821, Puerto Escondido, como muchas otras localidades costeras, volvió a un estado de relativo aislamiento. Dependió de la pesca y la agricultura durante varias décadas, y su desarrollo económico fue limitado hasta el siglo XX. Sin embargo, el papel que jugó durante la Guerra de Independencia es una parte crucial de su historia.
Hoy, aunque Puerto Escondido es conocido principalmente por sus playas, la participación de sus habitantes en la lucha por la independencia de México es un legado histórico que merece ser recordado. Este puerto costero no solo fue un refugio estratégico para los insurgentes, sino que también fue testigo de la valentía de hombres y mujeres que, como María Antonia Ruiz, lucharon por la libertad de México.
La historia de Puerto Escondido en la independencia de México es un ejemplo del impacto significativo que incluso las pequeñas comunidades pueden tener en los grandes eventos históricos. Aunque no fue el escenario de grandes batallas, su ubicación estratégica y la determinación de sus habitantes ayudaron a sostener el movimiento insurgente en momentos críticos. Hoy, al disfrutar de sus playas, es importante recordar que Puerto Escondido fue una vez un baluarte clave en la lucha por la libertad.