La Rosca de Reyes tiene sus raíces en las celebraciones romanas del Saturnalia, festividades en honor a Saturno donde se compartían panes adornados. Con el tiempo, esta costumbre se fusionó con la Epifanía Cristiana, celebrando la visita de los Reyes Magos al niño Jesús.
En la Edad Media, esta tradición llegó a España, donde se comenzó a esconder una haba dentro del pan. Quien encontraba el haba debía ser el “rey” simbólico del día. Posteriormente, los colonizadores llevaron esta costumbre a América Latina, adaptándose a diferentes culturas.
La Rosca de Reyes sigue siendo una de las tradiciones más arraigadas en países como México, España y diversas regiones de América Latina. En México, se estima que se venden más de 4 millones de roscas al año, con un valor superior a los 500 millones de pesos.
Actualmente, la tradición ha evolucionado, y las panaderías innovan con versiones como la rosca rellena de chocolate, crema pastelera e incluso opciones veganas.